Esta es mi historia.

Mi nombre es Begoña aunque me gusta que me llamen Bego. Tengo 44 años y soy Leo. La interpretación ha sido mi pasión desde que tengo uso de razón. En el pueblo de mi madre, Serón, Almería, desde muy pequeña, jugaba a inventar obras de teatro con mis primos y primas perdiéndome en un baúl lleno de disfraces. Contar historias, comprender personajes, defender sus puntos de vista y sumergirme en cualquier situación de la vida a través de la ficción, me apasiona y me hace sentir más viva. Estudié historia y arte dramático en la ESAD de Valencia. Desde entonces me he dedicado a formarme y a trabajar como actriz, principalmente en teatro pero también en el ámbito audiovisual. Creo que esta profesión es una carrera de fondo y una manera de vivir e interpretar la vida. Siempre he querido ser madre, parir y criar, y aunque esto parece algo incompatible con la profesión de actriz, tengo una hija de 12 años y un hijo de 8, que me han enseñado, en parte, a ser quién soy. Compagino mi vida de madre con mi vida como actriz y docente de interpretación. Necesito hacer yoga, tocar la guitarra, cantar, estar en contacto con la naturaleza, leer, hacer teatro, ir al cine… Soy una enamorada de la vida y y la interpretación me hace comprender, ser más consciente y vivir la vida con más intensidad.